El empresario londinense Tom Cridland tiene una cruzada abierta contra la moda low cost y lo hace gracias a su firma de moda que, apuesta por la ropa sostenible fabricada de forma artesanal. De hecho, sus sudaderas son famosas porque la marca aporta una garantía de 30 años a cada una de sus prendas.
Este empresario británico, de 25 años de edad, enseguida se dio cuenta de que en el mundo de la moda había un mal endémico que obligaba al consumidor a adquirir prendas extremadamente baratas que no resisten de forma óptima el paso del tiempo. De hecho, es habitual que la moda low cost no aguante bien los lavados ni el uso, obligándonos a adquirir nuevas prendas con el paso de las temporadas. Tom Cridland, entiende que el consumidor debe de estar por encima de todo eso y arriesga con un producto de máxima calidad, a precio medio, que puede ser utilizado durante muchísimos años sin riesgo a echarse a perder.
Tom Cridland y su cruzada contra la moda barata
La realidad es que no se trata de ir contra la moda económica, sino contra las prendas de mala calidad. Para Tom Cridland, el mal real está ahí. Según el joven empresario, uno de los principales problemas es que la ropa low cost está confeccionada sin seguir ningún tipo de parámetro de calidad y, al final, lo que se hace es engañar al consumidor. Esto es así porque el reclamo, según él, está en el precio, pero para ello merman la calidad de las prendas, obligando a sus clientes a adquirir nuevos productos en un breve espacio de tiempo.
De esta forma, el joven británico decidió sacar a la luz una marca de moda, que lleva su nombre, en la que vende camisetas, sudaderas y sus, ya famosos, pantalones chinos de colores. Tom Cridland garantiza que una sudadera de su firma puede durar en perfectas condiciones hasta 30 años. Esto, significa, que la prenda no debería de encoger tras soportar todos esos lavados. Las sudaderas están confeccionadas de forma artesanal en sus talleres familiares de Portugal. El algodón orgánico y el poliéster son los materiales que emplean para fabricar cada una de sus prendas.
La firma de moda anota cada adquisición para ofrecer la garantía de treinta años y, en el caso de que alguna de las sudaderas de Tom Cridland sufra algún deterioro durante ese plazo de tiempo, la misma firma se encargará de repararla o cambiarla por una nueva. No obstante, el empresario afirma que esto no debería ocurrir porque la calidad de sus prendas es inmejorable. Además, una buena legión de clientes famosos avala esta premisa. Y es que la ropa de esta firma británica se está ganando un hueco entre los armarios de gran parte de las celebridades del mundo.
