Como sucede con cualquier pieza delicada, debemos dedicar una atención especial al cuidado de nuestras corbatas. Éste dependerá, como es lógico, de la calidad y los materiales con los que esté confeccionada, pero cualquier corbata necesita de unas atenciones mínimas que debemos tener muy presentes para prolongarles la vida útil y que luzcan siempre como el primer día.

Cómo cuidar tus corbatas

Lo primero y principal es procurar no mancharlas. Existen muchos modos de proteger una corbata en situaciones de riesgo (restaurantes, locales de fiesta, niños…) de los cuales el más seguro y efectivo es usar un protector de corbatas, un producto homologado, práctico y económico que nos resultará muy útil en muchas ocasiones. Y si ocurre lo inevitable y nuestra corbata se mancha, nunca, jamás no debe meterse en una lavadora. Las lavadoras y las corbatas son tan enemigas que no debemos ponerlas en contacto si no queremos sufrir terribles consecuencias, como por ejemplo perder para siempre nuestra querida corbata. Así pues, ya sabéis: corbata a la bolsa y directamente a la lavandería, que para eso están.

Todo sobre el cuidado de tus corbatas

Debemos tener muy en cuenta que, sobretodo la seda, es absolutamente incompatible con el agua caliente. Así que también, a la hora de planchar una corbata sea cual sea su material /excepto los sintéticos, que aprecian mucho ser planchados a vapor) pero sobretodo si es de seda, hacedlo en seco.

Los materiales más resistentes son el algodón y la lana, que pueden ser lavados en casa (os recomiendo que lo hagáis a mano). Pero ojo, en el momento de tender una corbata de lana, tenéis que evitar que cuelgue demasiado ya que este material tiene tendencia a sufrir deformaciones.

Las corbatas se deben colgar correctamente para que no sufran deformaciones

Por último, es básico que cada dia, después de su uso, deshagamos el nudo de la corbata, la extendamos bien planchándola, aunque sea con las manos, y la colguemos en nuestro armario o la doblemos como corresponde a una corbata para guardarla a buen recaudo, sin aplastarla ni presionarla nunca. Debe reposar cómodamente aguardando su próximo uso. Lo ideal para guardar las corbatas en un armario son los colgadores especiales para corbatas, que podréis encontrar en cualquier tienda de muebles y accesorios a muy buen precio y con medidas para todo tipo de espacios.

Cuida y mima tus corbatas, no olvides que son piezas únicas con un fuerte carácter y una personalidad poderosa.

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