Sobre gustos no hay nada escrito. Los zapatos ingleses os pueden gustar más, menos, o nada, pero es indiscutible que los ingleses, también en calzado, dejan una huella importante en el mundo de la moda y los complementos de alta calidad.
Los zapatos ingleses tienen unas líneas de diseño propias que los caracterizan y distinguen de los demás. Destacan por ser zapatos confeccionados con un extremo cuidado por los detalles y estar elaborados con materiales de primera calidad, desde la suela hasta los cordones.
Los colores más tradicionales de los zapatos ingleses son los tonos oscuros: verdes, marrones y negros han sido siempre los más utilizados, aunque hoy éste sector, también subido al carro de la innovación y la adaptación a las nuevas tendencias del mercado, esto es ya parte de la historia y podemos encontrar zapatos ingleses de casi cualquier color.
El clima británico es uno de los factores más importantes que explican, por ejemplo, el uso de materiales de altíssima calidad en la confección de unos zapatos originalmente diseñados para un uso corriente y diario, tanto urbano como rural especialmente indicado para soportar el tiempo lluvioso y asegurar la resistencia al agua, al barro… además de asegurar la máxima adherencia. Empezando por sus suelas, absolutamente garantizadas y que el fabricante acostumbra a cambiar sin costes añadidos a sus clientes, elaboradas con resinas de árboles autóctonos de las Islas Británicas, hasta la piel con la que están elaborados, desde piel de vacuno hasta la robusta piel de caballo. Cualquier parte de este calzado evidencia que se trata de zapatos para toda la vida.
Las principales marcas de zapatos ingleses son Crockett & Jones, casa fundada a finales del siglo XIX en Northampton; George Cleverley, prestigiosa firma de calzado que empezó su andadura mediados de los 50 del siglo pasado; Church, la versión americana de los zapatos ingleses, una revisión fresca siguiendo los parámetros británicos originales y, entre otras muchas que ya no nombraremos pero que gozan de reconocimiento y prestigio internacionales, la firma Tricker’s, la decana del calzado inglés fundada en 1829 y la elegida por la monarquía del reino para enfundar sus aristocráticos pies.
